El horóscopo no fue una casualidad, fue una consecuencia. Es una afirmación simple, pero que esconde detrás una larguísima experiencia empírica de cientos y cientos de años de observación detallada de los astros que quedó plasmada en miles de tablillas de barro, además de una serie de cálculos matemáticos que nos remontan a la antigua Mesopotamia, específicamente al pueblo babilónico, alrededor del segundo milenio antes de Cristo.
Esta práctica se desarrolló en un contexto donde la astronomía y la astrología eran prácticamente indistinguibles, y ambas eran vistas como disciplinas científicas esenciales para la comprensión del cosmos y su influencia en la vida terrenal. Por una parte los babilonios pensaban que los astros estaban directamente relacionados con sus dioses y que por ello debían conocer todo acerca de los cuerpos celestes; debían saber sus movimientos y de esta manera podrían anticiparse para evitar catástrofes futuras, además de ser fundamentales para la toma de sus decisiones gubernamentales.
Un desarrollo temprano de la Astrología
La invención del Horóscopo no habría sido posible sin un registro detallado de los movimientos estelares y planetarios, que no tomaron solo unos cuantos años en hacerse, sino que se fueron realizando desde el inicio de civilizaciones más antiguas como los sumerios y luego los acadios. Ellos registraban todo con su escritura cuneiforme en las tablillas de arcilla llamadas Mul-Apin, y este compendio de años de trabajo de observación astronómica, fue utilizado por los babilonios como un marco matemático uniforme que les permitió ubicar en él los cuerpos celestes, de manera específica, el Sol, la Luna y cinco planetas entonces conocidos que eran Saturno, Júpiter, Marte, Venus y Mercurio.
Con toda esta información ya pudo ser viable para ellos calcular y predecir matemáticamente las órbitas de los planetas y las estrellas, lo que a su vez dio como resultado la elaboración de un calendario.
El calendario Luni-Solar
Este fue el primer gran paso para entender cómo dio inicio el Horóscopo. Este calendario planteado por los babilonios, lo que hacía era ajustar la duración de los meses a las fases lunares. Estos podrían durar de entre 29 a 30 días para hacerlos coincidir con las fases de la Luna, lo que daba como resultado aproximado un año de 354 días, dividido en 12 meses. En cambio, el año solar dura aproximadamente 365 días, así que para corregir esta diferencia de días, lo que hacían los babilonios era intercalar un mes cada cierto número de años, de tal manera que todas sus festividades, incluidos los eventos agrícolas, permanecieran siempre alineadas con las estaciones solares.
El Zodiaco y las Constelaciones Zodiacales
Una vez teniendo claro que los babilonios tenían un calendario anual definido, ellos dividieron el cielo con una especie de cinturón imaginario en todo el camino que recorre el Sol en el firmamento a lo largo de todo un año, en 12 partes iguales. Cada uno de estos segmentos recibió el nombre de la constelación más prominente dentro de su espacio, las que a partir de entonces empezaron a llamarse constelaciones zodiacales que son:
- Aries
- Tauro
- Géminis
- Cáncer
- Leo
- Virgo
- Libra
- Escorpio
- Sagitario
- Capricornio
- Acuario
- Piscis
Los signos del Zodiaco y el Horóscopo
Con toda la información anterior, ahora queda claro que los signos zodiacales son determinados por la posición del Sol en una determinada constelación zodiacal en el día del nacimiento de una persona, y al tener todo el año mapeado, puede saberse los rangos de fechas exactas en las que el Sol va a estar pasando dentro de cada constelación, es por eso que se sabe el día y el mes en que inicia la temporada de determinado signo zodiacal.
Entonces, ¿qué es el horóscopo?, pues es un diagrama de los cielos que representa la posición de los planetas, el Sol, la Luna y otros cuerpos celestes en un momento específico, generalmente en el nacimiento de una persona. Con toda esa información, la astrología se encarga de interpretar este diagrama y predecir ciertas características de la personalidad del individuo, ciertos rasgos que se dicen todas las personas (o al menos la mayoría) nacidas bajo determinado signo zodiacal, comparten. Incluso, en muchos casos, llega a proyectar posibles eventos en su vida.
Usos principales del horóscopo y su desarrollo en el tiempo
1. Uso científico y religioso
La astrología en Babilonia tenía una fuerte vinculación con lo religioso y lo científico. Los babilonios creían que los dioses se comunicaban a través de los cielos, por lo que interpretar los movimientos de los planetas y las estrellas era una forma de entender los deseos divinos. Esta interpretación no solo tenía un propósito espiritual, sino también práctico, pues se utilizaba para tomar decisiones estatales y agrícolas.
2. Desarrollo de herramientas y técnicas astrológicas:
Los astrónomos-astrólogos babilonios desarrollaron sofisticados sistemas matemáticos para predecir eventos celestes como eclipses, posiciones planetarias y conjunciones. Estas predicciones eran recopiladas en las tablillas de arcilla antes mencionadas, las Mul-Apin, muchas de las cuales han sobrevivido hasta nuestros días y dejan claro el gran precedente que la Astrología Babilónica ha dejado para la historia.
3. Omens y presagios:
Una gran parte de la Astrología Babilónica consistía en la interpretación de presagios. Los eventos celestes eran considerados signos o mensajes divinos. Por ejemplo, un eclipse solar podría interpretarse como un presagio negativo para el rey. Esta práctica se conocía como “Enuma Anu Enlil,” un texto compuesto por una serie de omens basados en observaciones astronómicas.
Los omens eran signos considerados como indicativos del futuro, generalmente interpretados como augurios de sucesos venideros, ya sean buenos o malos, y la verdad es que eran tomados muy en serio, así que una interpretación podría derivar en decisiones políticas, agrícolas o generales e importantes que influían en la vida de las personas.
4. Influencia y legado:
La influencia de la astrología babilónica fue vasta, extendiéndose a culturas vecinas y sucesoras, incluidos los griegos y los romanos. La astrología helenística, que fue fundamental para el desarrollo de la astrología occidental, heredó y expandió muchos de los principios y técnicas babilónicas.
En resumen, la astrología babilónica no solo es un testimonio del ingenio humano y la búsqueda de conocimiento, sino que también ha dejado un legado duradero que influye en las prácticas culturales, espirituales y en el estudio de la astronomía hasta el día de hoy.